jueves, 19 de enero de 2017

Capítulo 30

Capítulo 30


Edward PVO:

Estaba mirando aun a mi bebé a través del cristal maravillado. No sé cuánto tiempo llevo aquí pero no puedo apartarme de ese pequeño ser que acabo de conocer. He preguntado si podía entrar y cogerle en brazos pero la enfermera me ha dicho que aun no, que debe permanecer en la incubadora un par de semanas. Mi hijo es prematuro pero eso en cierta manera ahora no importa, porque sé que es un superviviente. Si ha sobrevivido a todo esto, podrá con unas semanas en la incubadora.

Bree y mi madre han ido a buscar al resto de la familia. Ahora estábamos todos mirando al bebé a través del cristal embelesados.

Todo era perfecto, salvo que a mi lado me faltaban dos de las personas más importantes en mi vida, Bella e Ethan.

-Bella…- susurré aun mirando al bebé.

-Ella estará aquí para conocer a este bebé muy pronto Edward, seguro- me dijo Rosalie poniendo una mano en mi hombro.

-Ojalá que sí- le digo.

Busco a la doctora que me ha traído hacia aquí antes, necesito preguntarle por Bella. Cuando lo hago me informa de que saldrá en breves de quirófano. Respiro aliviado, que vaya a salir pronto significa que todo ha ido bien.

Los médicos nos sacan finalmente del pasillo. Somos demasiadas personas y empezamos a estorbar a los demás doctores y pacientes, volvemos a mi habitación y aunque aún hay cosas que están mal, sonrío porque tengo otro hijo y es maravilloso.

-Bueno Edward nosotros nos vamos, es la hora de comer y Hayden nos estará esperando- me dice Emmet.

-Yo volveré esta tarde- dice Rose poniéndose el blazer que había traído consigo.

-Y enhorabuena- me dicen ambos guiñándome un ojo.

-Gracias- les digo con una pequeña sonrisa. Antes de que Rose abandone la habitación recuerdo el motivo por el que la llamé- Rosalie espera.

-¿Qué ocurre?- pregunta extrañada.

Aprovechó que mis padres han bajado a comer a la cafetería junto a los padres y la hermana de Bella, para hablar con sinceridad a Rosalie. Con ella no necesito poner filtros.

-Es sobre el accidente. Realmente no fue un accidente en sí, Nicole nos intentó echar de la carretera golpeándonos desde atrás…- digo perdido en los pocos recuerdos que tengo del accidente. Ninguno es grato de recordar.

-¿Nicole? ¿Tu ex?- me limito a asentir con la cabeza- ¿quieres decir que ha intentado mataros?

-Matarnos no sé, pero desde luego su intención era hacernos daño, al menos a Bella. Hace meses se coló en nuestra casa cuando yo estaba en el trabajo, acorraló a Bella en las escaleras agarrándola del cuello pero Ethan empujó a Nicole y esta cayó por las escaleras. Y hace dos meses Bella se la encontró en el supermercado, yo no estaba, pero me dijo que cuando Nicole vio que estaba embarazada puso un gesto extraño y se quedó como en trance- le explico. Nadie sabía todo lo que yo acababa de contarle a Rosalie, no quisimos meter a la familia en esto.

-Madre mía, yo sé que está desquiciada, se lo dije a Bella- me grita.

-Lo sé Rose. Necesito que hagas justicia por mí mientras yo estoy aquí metido- digo abarcando con mis manos el espacio referente al hospital- cuidando de Bella y de mi hijo. Eres abogada, tienes medios… quiero que Nicole pague por lo que ha hecho a mi familia- le digo furioso.
-Necesito un móvil Edward, un motivo- me explica- ¿Cómo de seria fue vuestra relación? Bella no me ha dicho nada pero por lo que me contó Emmet entiendo que fue un rollete pasajero, ¿hasta dónde llegó esa relación?- Rosalie había cambiado, ya no era la mujer de Emmet, ni la amiga de Bella. Ahora era Rosalie Hale, abogada familiar.




-Pues no sé… estuvimos juntos unos… 4 meses creo. En esos 4 meses mantuvimos una relación bastante normal para una pareja, nos veíamos, quedábamos, cenábamos, conocía a Ethan, durante el último mes se quedó varias semanas en nuestra casa porque en la suya estaban haciendo reformas me dijo.

-¿Convivisteis?-

-Sí-

-Te la follaste supongo-

-Rosalie no me siento muy cómodo…- digo recordando las veces que Nicole y yo habíamos intimado. Tampoco eran recuerdos gratos.

-Solo necesito encontrar algo que la mueva a haceros daño, a hacer daño a Bella y a vuestro hijo. Y solo se me ocurren los celos, pero lo que ha hecho es demasiado grave hasta para una loca como Nicole por simples celos. Así que, ¿os acostasteis?- inquirió.

-Sí- dije mirando la sábana del hospital arrebujada a los pies de la cama.

-Supongo que para ella no fue un simple rollete pasajero con unas cuantas folladas. ¿No tenía actitud extraña? ¿Nunca notaste que era rara?

-Durante el tiempo que estuve con ella siempre se comportó normal. Era educada, atenta… siempre ofrecía su ayuda. En innumerables ocasiones me dijo que en el caso de que Bella un día faltase, a ella no le importaría ser la figura materna de Ethan- cerré los ojos ante esa idea. Bella era su madre y nadie más podía ocupar su puesto.

-¿En serio?- asentí con la cabeza, ella suspiró profundamente- mierda Edward, eso significa que la única a la que quiere fuera de la ecuación es a Bella. Ella te quiere de vuelta, por eso ha intentado sacar a Bella del medio y al enterarse de que estaba embarazada habrá pensado que era mejor hacerlo rápido para librarse del nuevo bebé también.

-¡NO!- digo ante la mención de mi pequeño hijo indefenso en una incubadora.

-No os va a hacer daño, voy a hablar con un colega que es poli. Le diré que venga y que hable contigo, deberías habérmelo dicho antes.

-Rosalie mi prioridad era Bella y ahora también mi hijo. No tengo cabeza para más, lo siento- digo derrumbándome sobre las almohadas de la cama.

-Lo sé, lo sé. Perdóname Edward, pero si Bella me hubiese dicho lo de hace unos meses quizás ahora no estuviéramos aquí. Voy a encontrarla Edward, y cuando lo haga me aseguraré de que la encierren en la cárcel o en un psiquiátrico, donde sea pero lejos de vosotros- se acerca y me da un beso suave en la mejilla en señal de apoyo.

-Gracias- la digo mirándola y apretándola la mano.

-Bien me voy a dar de comer a Hayden, estará enfadada ya- dice con una pequeña sonrisa- Iba a venir esta tarde pero creo que primero voy a hablar con mis contactos sobre Nicole, cuanto antes se agilicen las cosas mejor. Vendré más tarde, cualquier cosa que pase me llamas. Quiero estar aquí cuando Bella despierte.

Rosalie se va y seguidamente entra una enfermera que me informa de que Bella ha salido de quirófano y que puedo pasar ya a verla a la U.C.I porque está estable.

Me pongo toda la indumentaria necesaria para entrar a la U.C.I, esta vez ya no me fijo en las demás personas que están aquí. Bella está en el segundo cubículo y pese a que ahora veo como una parte de su cabeza ha sido rapada, está mucho mejor que la última vez.

-Bella- digo acercándome a ella- cariño- la digo mientras la doy un suave beso sobre los labios, pues ya no está intubada. Tiene los labios resecos y eso es una cosa extraña en ella, una de sus manías es llevar siempre vaselina o un pintalabios encima, así que sus labios siempre estaban suaves e hidratados.

-Oh Bella, hemos tenido a nuestro niño- la digo sonriendo pero a la vez una lágrima mitad de emoción, mitad de tristeza se escapa de mi ojo- es precioso, es muy pequeño pero muy fuerte. Tienes que despertarte pronto cielo, nuestros hijos te esperan. El bebé ni si quiera tiene nombre, todo ha salido al revés. Cuando me imaginaba el día en el que nuestro segundo hijo naciera me imaginaba todo igual a como pasó con Ethan. Yo llevándote en el coche lleno de nervios, llegar al hospital, esperar a que llegara el momento de que empezara el parto y mientras estar contigo, paseando, hablando, impacientes… Por supuesto en el momento en el que llegara a nuestras vidas estaríamos los dos juntos, cortaría el cordón umbilical, cogería a nuestro pequeño en brazos y lo llevaría hacía ti, lo pondría sobre tu pecho y juntos le llamaríamos por su nombre.

-Nuestro bebé no tiene nombre Bella, sé que nombres te gustaría ponerle pero quiero decidirlo contigo, aunque discutamos. Así que por favor mi amor, despierta pronto- besándola de nuevo en los labios- Rosalie ha estado aquí, ella se va a ocupar de Nicole, la va  a hacer pagar por todo esto, por dejarte así en esta cama, por robarnos el momento del nacimiento de nuestro hijo, por mantenerme separado de ti. También están tus padres y Bree… están deseando verte Bella y yo sé que tú a ellos también. Así que vamos cariño, haz un esfuerzo, vuelve con nosotros, aunque sé que te duele. Dios no quiero ni imaginar el dolor que debes estar sintiendo dentro de ti- en ese momento miro hacia su vientre, sigue hinchado pero ya no como antes. Se nota que en su interior ya no hay ningún bebé. Coloco mi mano sobre su vientre suavemente, no quiero hacerla daño- volveremos a ser la familia que éramos hace unos días pero con un miembro más- digo sonriendo. La llegada de mi hijo me ha llenado de esperanza.

-Señor debe abandonar la sala- me informa una enfermera- la visita ha acabado.

-Por supuesto.

-Nos veremos pronto cariño, espero que muy pronto porque te tengo a mi lado pero te echo de menos. Echo de menos tu voz- la beso de nuevo en sus labios, esta vez me atrevo a pasar levemente la punta de mi lengua por ellos, mojándolos, hidratándolos.

Cuando estoy de vuelta a la habitación toda la familia ha vuelto de la cafetería y me preguntan por Bella. Bree y su madre quisieran haber entrado pero entienden mi necesidad por verla, por contarla que nuestro hijo ya ha nacido. La doctora que ha operado a Bella nos informa de que es posible que esta noche le quiten los sedantes y que despierte.

-Edward hijo- me dice mi madre cuando la doctora ya se ha ido- Alice y Jasper están abajo con Ethan, quieren saber si quieres que suban con él o prefieres que no entre en el hospital.
Prefiero que no entre en el hospital, que no me vea con este collarín de mierda en el cuello, que no note la tristeza del ambiente y que no vea a Bella en ese estado, jamás. Pero soy egoísta y quiero ver a mi hijo, necesito verle. Además de llevar días sin verle, lo que nos ha pasado me está haciendo apreciar aun más a mi familia.

-Que suba, quiero estar con él aunque sé que va a ser un shock para él verme así, no ver a su madre…- la pido.

-Estoy segura de que Ethan está deseoso de veros, sois sus padres- me dice mi madre.
-¿Dónde estaba mi nieto?- pregunta Charlie.

-Con Alice y Jasper en Forks, de vacaciones- le dice mi padre que está sentado a su lado.
-Gracias a dios que no estaba con vosotros…- dice bajando la mirada al suelo.

Toda la habitación se queda en silencio tras sus palabras, sé como hubiera acabado la oración si no la hubiese dejado a medias.

-Sí gracias a dios- dice mi madre de acuerdo con él y para romper el silencio.

-Sin embargo Ethan no va a poder ver a Bella- dice Bree- y seguro que va a preguntar por ella, es su mami-

-Lo sé- digo mientras me paso una mano por mi pelo desesperadamente- ya veré que le digo durante la marcha. Me gustaría que me dejarais solo con él, por favor- les pido.

Enfrentarme a las inquisidoras preguntas de Ethan solo iba a ser difícil, pero con la mirada de toda la familia sobre mí, pendiente de mis palabras y de las reacciones de mi hijo, iba a ser aun peor.

-¿Estás seguro?- preguntaron varias voces a la vez. Yo me limité a asentir con la cabeza.

Mi madre cogió su teléfono y escribió algo, supongo que escribió un whatsapp a Jasper para que subieran. En menos de 5 minutos escuché como se abría la puerta y 3 personas entraron en silencio.

-¡Papá!- exclamó mi hijo con alegría desde los brazos de mi hermano.

-Hola campeón- le dije sonriendo.

Jasper le trajo hasta mi cama donde le cogí para sentarle encima de mi regazo.
Le abracé fuerte y le di muchos besos en su pelo. Olía a bebé y a la casa de Alice y Jasper. Sentí que junto a él y a su hermano, las cosas poco a poco estaban volviendo a su lugar. Le di un último beso en su mejilla antes de separarme de él, sin embargo le soplé para que riera un poco. Y su risa fue como un bálsamo para mí.

-Cuanto te he echado de menos enano- le digo tumbándole sobre mi pecho a la vez que me recostaba en las almohadas y veía que toda mi familia había salido.

-¿Te lo has pasado bien en Forks?- le preguntó.

-Síii, hemos hecho muchas cosas- me dice con voz infantil.

-¿Ah sí? ¿Cuáles? A ver dímelas-

-Pues…. Hemos ido a la playa, hemos ido al bosque, hemos ido a ver los peces y el tío Jas me dejó tocar uno.

-¿Y no te dio miedo?- le pregunte exagerando mis gestos.

-No- río cuando le giré para ponerle frente a mí- porque estaba en un cubo grande- me explicó.

-Anda.

-Y vi osos papi- dijo imitando el rugido de uno.

Solté una carcajada ante el sonido que paró en cuanto vi sus ojos parados en mi collarín azul.

-¿Papá… qué es esto?- preguntó curioso mientras uno de sus pequeños dedos tocaba el plástico del collarín.

-Es un collarín.

-¿Y por qué?- dijo torciendo la cabeza en un gesto tierno.

-Porque a papi le duele mucho el cuello- le explico.

-Ah- se queda callado unos segundos pero sé que las preguntas no han terminado- cuando a mi me duele la tripa mamá me da jarabe y me pongo bueno. ¿Quieres?- me ofrece.

Yo me río ante la ternura de mi niño, sus preguntas y su entonación infantil típica de los 4 años, hacen que las piernas se me vuelvan de plastilina y me den ganas de abrazarle y no soltarle.

-No cariño, gracias, pero aquí en el hospital me dan ya muchos jarabes. El collarín lo llevaré unas semanas más, no va a ser para siempre campeón- veo como la sombra de preocupación se va de su cara. Supongo que con 4 años crees que todo lo que ves es para siempre.

Se queda callado mirando por la habitación, y dentro de mí sé que me va a preguntar ya por Bella.

-¿Y mami?- dice frunciendo el ceño.

Trago en seco antes de contestar.

-Veras Ethan cariño, a mami hace unos días la paso una cosa… y lleva dormida desde entonces- le intento explicar.

-¿Y cuándo se va a despertar?- me dice serio.

-No lo sé- le digo sinceramente. Los médicos me han dicho que podría despertar mañana pero en el caso de que no sea así, no quiero ilusionar a mi hijo.

Veo como su cara se entristece y aprieta los labios y los ojos, seguidamente oigo un grito y sé que es un grito que precede el llanto. Lo siguiente que oigo es un sollozo y en unos segundos está llorando desconsolado sobre mí.

-Mami no se va a despertar nunca- me dice entre sollozos.

-Sí cariño, sí- le digo limpiándole los mocos con un pañuelo- solo que no sabemos cuándo.
Ethan seguía llorando, no había forma de consolarle.

-Puede que mañana ya esté despierta. Mami va a tener muchas ganas de verte, como yo cielo- le digo besándole la mejilla que sigue mojada.

-¿Y por qué no está dormida contigo?- no entiendo al principio hacia dónde va su pregunta. Después comprendo que Ethan está acostumbrado a que Bella y yo durmamos en la misma habitación y en la misma cama, así que le extraña que su mamá no esté dormida con su papá.

-Porque mamá quería una cama para ella sola- me invento.

-Quiero ver a mami- me pide mirándome. Hay lágrimas aun por sus mejillas y sus ojos siguen rojos, al igual que su nariz.

-No podemos- le digo- mamá está en una cama especial, y no podemos verla. Todavía no, mañana quizás sí.

-¡No! ¡Yo quiero verla ahora!- me exige frunciendo el ceño.

-Ojalá pudiera hijo, pero no podemos verla aun. Tenemos que esperar a que esté despierta- le explico.

Su ceño fruncido no se relaja así que tengo que convencerle un poco más.

-¿Por qué no le haces a mamá un dibujo para que se ponga contenta cuando despierte? Puedes dibujar lo que has hecho en Forks- le propongo. Espero que esta táctica funcione y le permita olvidarse de que no va a poder ver a Bella hoy.

-Vale- me dice con una pequeña sonrisa- ¡espera papi! No tengo pinturas-

-Afuera está la abuela, seguro que ella te da unas pinturas- le respondo sonriente.

Con una gran sonrisa le ayudo a bajar de la cama de hospital y desaparece corriendo por la puerta. Sé que mi familia está justo al otro lado de la puerta.

Según sale Ethan entran Jasper y Alice.

-Oh Edward, menos mal que estás bien- me dice Jasper dándome unos golpecitos en el hombro.

-Edward que susto nos has dado. Cuando mamá llamó para informarnos del accidente…. Aun no puedo creer que Bella esté tan mal. Y que mi sobrino ha nacido ya, siendo prematuro. He visto una foto del bebé y es precioso, ¿cómo se va a llamar?- me dice Alice.

-Aun no tiene nombre. Lo decidiré con Bella cuando despierte- la digo a Alice. Ella asiente con la cabeza.

-Se parece a ella- me dice Alice.

-Es cierto. Ethan se parece más a mí de pequeño, pero este bebé se parece más a Bella. Tiene sus labios, su nariz redondita y su tono de pelo. Ethan era rubio cuando nació, bueno y sigue siéndolo- les explico.

-Es cierto, era tan chiquitín de bebé. A penas tenía pelo y al ser tan rubio parecía pelusilla ni se le veía- me dijo Jasper.

Me pierdo en los recuerdos de Ethan cuando era un bebé y no puedo volver a comparar ese momento de felicidad con este. Aunque estoy feliz con el nacimiento de mi hijo, mi felicidad no está completa hasta que mi mujer esté a mi lado.

-Todo pasará hermano- me dice Jasper apretándome la mano. Alice me da un beso en la mejilla en señal de apoyo, ambos saben en lo que he estado pensando.

Ethan pasa toda la tarde conmigo dibujando varios dibujos, riendo con sus abuelos maternos y con su tía Bree  a los que hace muchos meses que no ve. Pregunto a Bree sobre su hijo, mi sobrino, nació el mes pasado pero por el estado de embarazo de Bella decidimos esperar un poco y no coger un avión para ir a verla. Sé que a Bella no la gustó perderse este momento de la vida de su hermana pero no había otra alternativa. Se supone que Bree vendría con Diego cuando Bella diese a luz y se quedarían en nuestra casa una semana. Sin embargo esos planes también han sido cancelados y han tenido que ser cambiados por otros mucho menos placenteros y menos felices.

A las 10 de la noche Ethan está cenando encima de mi cama un perrito caliente que Bree le ha comprado en la cafetería. Sé que va a caer rendido en minutos, pero no puedo dejar que se vaya. Con él a mi lado la situación es mucho menos tortuosa.

Cuando mi madre dice a Ethan que es hora de irse a casa pero ve que yo no voy con él comienza a gritar y a llorar de nuevo. Le entiendo perfectamente, está asustado, lleva sin ver a sus padres casi una semana y cuando ve a su padre este lleva un collarín, está en un hospital y su madre no sabe dónde está. Así que entiendo completamente su necesidad de estar conmigo, yo la siento igual que él, así que le pido a mi madre que lo dejé dormir conmigo esta noche.

Alice sabiendo que esta situación pudiera suceder baja al aparcamiento y vuelve con una bolsa en la que trae un pijama, unas zapatillas de estar por casa y una pequeña bata, todo para Ethan. Cuando mi pequeño hombrecito está cambiado se sube conmigo a la cama donde se acurruca a mi costado. Le tapo con una sábana y una pequeña manta para que no se quede frío. Yo me tumbo a su lado respirando su olor y escuchando su respiración me quedo dormido.

Toda la familia se ha ido a descansar a casa de mis padres, salvo Alice y Jasper. He ofrecido las llaves de mi casa a Bree y a los padres de Bella, pero han declinado la oferta porque mi madre ya les había preparado habitaciones en su casa.

Por la mañana me levanto antes que Ethan pero cuando lo hago Charlie, René y Bree ya están aquí de nuevo. Por sus ojeras sé que no han dormido mucho.

Mientras la enfermera me revisa, decido si presentar a Ethan a su hermano o no. No quiero traumatizar a mi pequeño, y sé que si ve a su hermano, el cual estaba dentro de su adre, y a su mamá no, no le va a gustar. Pero por otro lado no quiero que se pierda nada el uno de la vida del otro. Decido que por hoy esperaré, quizás Bella despierte y entre los dos podamos hacer una presentación en condiciones.

-Señor Cullen me complace informarle de que puede irse a casa- me dice el doctor.

-¿De verdad?- digo sorprendido. Esperaba tener que pasar más tiempo en esta cama.

-Así es.

-Sin embargo sabe que no puedo irme. Mi mujer está aquí, en la U.C.I y mi hijo está en la sala de prematuros.

- Lo sé, pero al menos tendrá la libertad de poder salir del hospital- me dice sonriente.

-Sí, gracias- nos damos un apretón de manos y este se despide diciendo que más tarde me traerán el alta hospitalaria.

Mis padres entran sobre las 10 de la mañana con una sonrisa en la cara.

-¿Qué os causa tanta felicidad?- les digo con voz desconfiada.

-Acabamos de cruzarnos con el médico de Bella, ha pasado buena noche, su estado ha  mejorado y la bajan a planta- me dice mi padre sonriente.

-Oh gracias a dios- digo tapándome la cara con ambas manos pero sonriendo.
.
Tras firmar el alta bajo a la cafetería a desayunar con Ethan y con Bree. Al terminar Ethan se queda con Bree y yo subo a la planta de maternidad. Agradezco poder moverme sin necesidad de la silla de ruedas. Me colocó nuevamente frente al cristal del nido donde veo a todos los bebés en sus cunas. La distancia de las cunas respecto a la ventana en bastante y eso me impide distinguir cuál de ellos es mi hijo.

La enfermera que supervisa a los recién nacidos me hace señas para que me acerque a la puerta y una vez allí me pregunta cuál de todos es el mío y si quiero cogerle. Al decirle las características de mi hijo se dirige al ordenador y coteja los datos que la he dado.

-Su niño está en esta cuna. Póngase el traje de esterilización y acompáñeme si quiere.
La sigo entre las cunas donde veo a niños y a niñas recién nacidos. Hay bastante diferencia de tamaños entre unos y otros, algunos son bebés grandes y otros muy pequeños, unos tienen pelo y otros no, unos abren los ojos y observan todo mientras que otros están con los ojos cerrados bostezando.

La enfermera me lleva hacia la pared de al lado del ventanal donde hay unas incubadoras especiales. Estas al contrario de las otras están conectadas a máquinas.

-Este es señor. El bebé Cullen. Ha pasado una buena noche y a cada hora que pasa se vuelve más fuerte. Si sus pulmones siguen madurando a este ritmo en una semana podrá dejar de estar intubado- la enfermera se aparta de la incubadora dejándome una visión plena de mi bebé.

Está semidesnudo. Tan solo lleva un pañal, patucos y un gorrito azul.

-Hola cariño- digo poniendo una mano contra el plástico de la incubadora a la altura de su cabeza- vaya ¿has crecido desde ayer campeón? ¿Sabes quién está también en el hospital? Tu hermanito Ethan. Ya verás cuando te conozca- le digo con una sonrisa- tengo muchas ganas de cogerte en brazos cielo, no sabes cuantas. Seguro que tú también estas deseando de que mamá y papá te cojan-

Mi hijo tiene apenas unas horas de vida y los únicos brazos que ha conocido han sido los de los médicos. Eso me entristece porque me recuerda que nos han arrebatado un momento tan especial para todos los padres como es el nacimiento de un hijo. Las cosas no deberían estar sucediendo así. Los bebés deberían pasar del protector vientre de su madre a los brazos de sus padres.

Podría decir que me pican las manos por poder tocarle. Cuando Ethan nació recuerdo que pasó casi todo el tiempo que estuvimos en el hospital en brazos. Si no era en los brazos de Bella en los míos, en los de sus abuelos, sus tíos, nuestros amigos… tan solo usaba la cuna por las noches.


Paso la siguiente media hora observando a mi hijo. Veo que tiene la pequeña nariz redondita de Bella y su tono de pelo. Le cuento los dedos, las respiraciones… No me canso de mirarle.
Estoy ensimismado mirándole cuando algo que se mueve me llama la atención. Es mi madre desde el cristal que da al pasillo haciéndome señas para que salga. Preocupado salgo rápidamente a su encuentro.

-¿Qué ocurre?- la preguntó ansioso- ¿está bien Bella?

-Sí. Los médicos nos acaban de informar de que la han quitado los sedantes y que despertará en las próximas horas. Supongo que querrás estar con ella cuando abra los ojos- yo asiento con la cabeza- Pero Edward cielo, quiero que vayas a la habitación de Bella siendo realista. Ha sufrido un golpe fuertísimo, no sabemos cómo va a despertar. Tenlo en cuenta- me dice acariciándome la mejilla con su mano izquierda.

-Con saber que está viva, fuera de peligro y despierta me sobra. El cómo este ahora no me preocupa, ya me enfrentaré a él cuando sepa su condición- la digo apretándola la mano. Me quito el traje esterilizado y lo tiro a uno de los cubos que hay en el pasillo.

Voy a mi habitación donde está mi padre con Ethan jugando con plastilina.

-¡Papi!

-Hola cariño- le digo subiéndole a mi cadera y dándole un beso en la mejilla.

-¿Dónde estabas?- me pregunta curioso.

-Viendo a alguien- le digo enigmático.

-¿A mami?- me pregunta intrigado y cargado de esperanzas.

-No, a mami voy a ir a verla ahora…

-Yo también- dice agarrándose a mi cuello.


-Todavía no cariño. Todavía no puedes ver a mami. Pero si los médicos me dejan en un ratito vengo a por ti para ir a verla ¿vale?- le digo ofreciéndole mi mano para sellar el trato.

Él se limita a asentir con la cabeza y a darme el apretón de manos.

-El médico nos ha dicho que puede tardar unas horas, 3 como mucho- me dice mi padre.

-Estaré en su habitación hasta que despierte. Podríais… ¿ir con Ethan a casa? Que coja algún juguete y algo más de ropa. Preveo un día más en el hospital con nosotros.

-Claro, ahora mismo me llevo a este bicho a que se cambie de ropa- dice mi padre cogiendo a Ethan de mis brazos y haciéndole volar a modo avión. Ethan ríe con energía.

-¿Tu madre?- me pregunta cuando está a punto de salir por la puerta.

-Con el bebé- le respondo con una sonrisa.

-Aun no he podido verle en persona. En cuanto vuelva resérvame una hora para ir a conocer a mi nuevo  nieto- me dice sonriente.

-Claro- respondo.

-Abuelo, yo soy tu nieto- dice Ethan curioso.

-Luego te lo explico cariño- le digo a Ethan antes de darle un beso en la mejilla y ver como se iba en brazos de mi padre.

Me dirijo a la habitación de Bella, la 129, que esta una planta más arriba de la mía. Cuando entro veo a Bella sobre la cama, ya no tiene tubos ni nada por el estilo. Tan solo está conectada a la máquina que mide su ritmo cardiaco y una vía intravenosa.

En la habitación están Charlie, Renée y Bree. Todos sentados alrededor de la cama.

-Hola- digo en voz baja- ¿lleváis mucho aquí?

-Casi una hora- me contesta Renée en susurros- no queremos que despierte sola. Debe de sentir mucho dolor en su cuerpo a lo que hay que añadir la desorientación, cuando se entere del accidente o cuando noté que ya no tiene ningún niño en su interior.

Sí, sin duda este va a ser su peor despertar.

Me acerco a la cabecera de la cama y la doy un beso en la frente. Veo que los cardenales y heridas están en su peor momento. Han pasado 3 días desde el accidente y ahora los cardenales han tomado un tono amarronado y negruzco a la vez que las heridas están comenzando a sanar creándose costras oscuras.

Las siguientes dos horas las pasamos sentados al lado de Bella pero sin hablar, tan solo esperando a que despierte pronto y a ser posible que lo haga en buenas condiciones. Nos turnábamos para ir al baño o ir a por café cada hora más o menos.

-Voy al baño un momento- digo levantándome de la silla.

-Ve tranquilo Edward- me dice Charlie.

Salgo de la habitación y me dirijo a los baños. Al salir justo al lado hay una máquina expendedora así que decido comprar una lata de refresco para mí y otras tres latas de otros refrescos para la familia de Bella.

Cuando voy de camino a la habitación de Bella veo a una enfermera y a un doctor salir seguidos de los padres y la hermana de Bella. Un escalofrío me recorre el cuerpo y apresuro mi paso hasta llegar a donde están ellos.

-¿Qué ha ocurrido?

-Es Bella se está despertando y el médico nos está dando unas indicaciones para cuando abra los ojos.

El médico nos indicó no hablarla muy alto ni muy rápido. No abrumarla dándola o pidiéndola información. Responder a lo que ella nos pida y sobretodo no permitir que se levante de la cama ni haga movimientos bruscos. La cicatriz de su cesárea está aún muy reciente y es fácil que se la salten los puntos.

Cuando volvemos a entrar a la habitación Bella se empieza a mover o al menos a intentarlo. Oigo como lanza un breve gemido de dolor aun con los ojos cerrados.


Pasan unos 5 minutos más antes de que comience a pestañear y lo primero que hace es enfocar la mirada en mí. Nuevamente siento su mirada sobre mí después de tres días y siento como una especie de calor me recorre el cuerpo. Inevitablemente una gran sonrisa se forma en mi cara y me acerco a ella.

-Mi amor- la digo mientras la beso suavemente en los labios que aun siguen cerrados.

Ella abre los labios e intenta hablar pero no puede, no la sale ni un poco de voz. Así que finalmente tan solo marca con sus labios una palabra y adivino que es ‘’Edward’’. 

-Estoy aquí Bella tranquila. Estoy contigo cielo- la digo apretándola la mano.

-Bella cielo- la llama su madre.


Bella mira a su alrededor comprendiendo por fin que está en el hospital y que toda su familia está con ella. A la vez que comprende todo esto también veo en sus ojos como todos los recuerdos llegan a ella, y el recuerdo del accidente es y siempre va a ser el peor recuerdo de su vida.

Comienza a alterarse, los pitidos del holter comienzan a ser cada vez más rápidos y veo como intenta moverse para levantarse de la cama. El doctor con el que hemos hablando antes está a los pies de la cama y una vez que ha visto que todos la hemos saludado interviene calmándola inmediatamente.

-Isabella tranquila. Está bien, está bien. Su marido está aquí y usted está a salvo. Necesito que salgáis para poder hacerla un breve examen de reconocimiento- nos pide el médico.
Yo reticente suelto la mano de Bella y la doy un beso en la frente.

-Volveré en unos minutos- la susurró.

Salimos de la habitación y ninguno habla hasta que el médico vuelve a salir.

-Os pido que paséis de uno en uno a la habitación por favor. Ha bebido un poco de agua y ya puede hablar algo más aunque tardará unos días en hablar con normalidad, tened en cuenta que ha estado intubada.

-Pasa tú Edward- dice Renée- seguro que desea verte a ti el primero.

Vuelvo a entrar en la habitación y Bella vuelve la cabeza hacia mí. Hace un amago de sonrisa pero no llega a ser una sonrisa en sí. Seguro que el dolor que debe sufrir en toda la cara le hace imposible sonreír.

-Edward- pronuncia de manera leve y en un susurro.

No puedo evitar que se me agüen los ojos y me acerque a darla un beso, un beso de verdad como hace días que no nos los damos.


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