Capítulo 30
Edward PVO:
Estaba mirando aun a mi
bebé a través del cristal maravillado. No sé cuánto tiempo llevo aquí pero no
puedo apartarme de ese pequeño ser que acabo de conocer. He preguntado si podía
entrar y cogerle en brazos pero la enfermera me ha dicho que aun no, que debe
permanecer en la incubadora un par de semanas. Mi hijo es prematuro pero eso en
cierta manera ahora no importa, porque sé que es un superviviente. Si ha
sobrevivido a todo esto, podrá con unas semanas en la incubadora.
Bree y mi madre han ido a
buscar al resto de la familia. Ahora estábamos todos mirando al bebé a través
del cristal embelesados.
Todo era perfecto, salvo
que a mi lado me faltaban dos de las personas más importantes en mi vida, Bella
e Ethan.
-Bella…- susurré aun
mirando al bebé.
-Ella estará aquí para
conocer a este bebé muy pronto Edward, seguro- me dijo Rosalie poniendo una
mano en mi hombro.
-Ojalá que sí- le digo.
Busco a la doctora que me
ha traído hacia aquí antes, necesito preguntarle por Bella. Cuando lo hago me
informa de que saldrá en breves de quirófano. Respiro aliviado, que vaya a
salir pronto significa que todo ha ido bien.
Los médicos nos sacan
finalmente del pasillo. Somos demasiadas personas y empezamos a estorbar a los
demás doctores y pacientes, volvemos a mi habitación y aunque aún hay cosas que
están mal, sonrío porque tengo otro hijo y es maravilloso.
-Yo volveré esta tarde-
dice Rose poniéndose el blazer que había traído consigo.
-Y enhorabuena- me dicen
ambos guiñándome un ojo.
-Gracias- les digo con
una pequeña sonrisa. Antes de que Rose abandone la habitación recuerdo el
motivo por el que la llamé- Rosalie espera.
-¿Qué ocurre?- pregunta
extrañada.
Aprovechó que mis padres
han bajado a comer a la cafetería junto a los padres y la hermana de Bella,
para hablar con sinceridad a Rosalie. Con ella no necesito poner filtros.
-Es sobre el accidente.
Realmente no fue un accidente en sí, Nicole nos intentó echar de la carretera
golpeándonos desde atrás…- digo perdido en los pocos recuerdos que tengo del
accidente. Ninguno es grato de recordar.
-¿Nicole? ¿Tu ex?- me
limito a asentir con la cabeza- ¿quieres decir que ha intentado mataros?
-Matarnos no sé, pero
desde luego su intención era hacernos daño, al menos a Bella. Hace meses se
coló en nuestra casa cuando yo estaba en el trabajo, acorraló a Bella en las
escaleras agarrándola del cuello pero Ethan empujó a Nicole y esta cayó por las
escaleras. Y hace dos meses Bella se la encontró en el supermercado, yo no
estaba, pero me dijo que cuando Nicole vio que estaba embarazada puso un gesto
extraño y se quedó como en trance- le explico. Nadie sabía todo lo que yo
acababa de contarle a Rosalie, no quisimos meter a la familia en esto.
-Madre mía, yo sé que
está desquiciada, se lo dije a Bella- me grita.
-Lo sé Rose. Necesito que
hagas justicia por mí mientras yo estoy aquí metido- digo abarcando con mis
manos el espacio referente al hospital- cuidando de Bella y de mi hijo. Eres
abogada, tienes medios… quiero que Nicole pague por lo que ha hecho a mi familia-
le digo furioso.
-Necesito un móvil
Edward, un motivo- me explica- ¿Cómo de seria fue vuestra relación? Bella no me
ha dicho nada pero por lo que me contó Emmet entiendo que fue un rollete
pasajero, ¿hasta dónde llegó esa relación?- Rosalie había cambiado, ya no era
la mujer de Emmet, ni la amiga de Bella. Ahora era Rosalie Hale, abogada
familiar.
-Pues no sé… estuvimos
juntos unos… 4 meses creo. En esos 4 meses mantuvimos una relación bastante
normal para una pareja, nos veíamos, quedábamos, cenábamos, conocía a Ethan,
durante el último mes se quedó varias semanas en nuestra casa porque en la suya
estaban haciendo reformas me dijo.
-¿Convivisteis?-
-Sí-
-Rosalie no me siento muy
cómodo…- digo recordando las veces que Nicole y yo habíamos intimado. Tampoco
eran recuerdos gratos.
-Solo necesito encontrar
algo que la mueva a haceros daño, a hacer daño a Bella y a vuestro hijo. Y solo
se me ocurren los celos, pero lo que ha hecho es demasiado grave hasta para una
loca como Nicole por simples celos. Así que, ¿os acostasteis?- inquirió.
-Sí- dije mirando la
sábana del hospital arrebujada a los pies de la cama.
-Supongo que para ella no
fue un simple rollete pasajero con unas cuantas folladas. ¿No tenía actitud
extraña? ¿Nunca notaste que era rara?
-Durante el tiempo que
estuve con ella siempre se comportó normal. Era educada, atenta… siempre
ofrecía su ayuda. En innumerables ocasiones me dijo que en el caso de que Bella
un día faltase, a ella no le importaría ser la figura materna de Ethan- cerré
los ojos ante esa idea. Bella era su madre y nadie más podía ocupar su puesto.
-¿En serio?- asentí con
la cabeza, ella suspiró profundamente- mierda Edward, eso significa que la
única a la que quiere fuera de la ecuación es a Bella. Ella te quiere de
vuelta, por eso ha intentado sacar a Bella del medio y al enterarse de que
estaba embarazada habrá pensado que era mejor hacerlo rápido para librarse del
nuevo bebé también.
-¡NO!- digo ante la
mención de mi pequeño hijo indefenso en una incubadora.
-No os va a hacer daño,
voy a hablar con un colega que es poli. Le diré que venga y que hable contigo,
deberías habérmelo dicho antes.

-Lo sé, lo sé. Perdóname
Edward, pero si Bella me hubiese dicho lo de hace unos meses quizás ahora no
estuviéramos aquí. Voy a encontrarla Edward, y cuando lo haga me aseguraré de
que la encierren en la cárcel o en un psiquiátrico, donde sea pero lejos de
vosotros- se acerca y me da un beso suave en la mejilla en señal de apoyo.
-Gracias- la digo
mirándola y apretándola la mano.
-Bien me voy a dar de
comer a Hayden, estará enfadada ya- dice con una pequeña sonrisa- Iba a venir
esta tarde pero creo que primero voy a hablar con mis contactos sobre Nicole,
cuanto antes se agilicen las cosas mejor. Vendré más tarde, cualquier cosa que
pase me llamas. Quiero estar aquí cuando Bella despierte.
Rosalie se va y
seguidamente entra una enfermera que me informa de que Bella ha salido de
quirófano y que puedo pasar ya a verla a la U.C.I porque está estable.
Me pongo toda la
indumentaria necesaria para entrar a la U.C.I, esta vez ya no me fijo en las
demás personas que están aquí. Bella está en el segundo cubículo y pese a que
ahora veo como una parte de su cabeza ha sido rapada, está mucho mejor que la
última vez.

-Oh Bella, hemos tenido a
nuestro niño- la digo sonriendo pero a la vez una lágrima mitad de emoción,
mitad de tristeza se escapa de mi ojo- es precioso, es muy pequeño pero muy
fuerte. Tienes que despertarte pronto cielo, nuestros hijos te esperan. El bebé
ni si quiera tiene nombre, todo ha salido al revés. Cuando me imaginaba el día
en el que nuestro segundo hijo naciera me imaginaba todo igual a como pasó con
Ethan. Yo llevándote en el coche lleno de nervios, llegar al hospital, esperar
a que llegara el momento de que empezara el parto y mientras estar contigo,
paseando, hablando, impacientes… Por supuesto en el momento en el que llegara a
nuestras vidas estaríamos los dos juntos, cortaría el cordón umbilical, cogería
a nuestro pequeño en brazos y lo llevaría hacía ti, lo pondría sobre tu pecho y
juntos le llamaríamos por su nombre.
-Nuestro bebé no tiene
nombre Bella, sé que nombres te gustaría ponerle pero quiero decidirlo contigo,
aunque discutamos. Así que por favor mi amor, despierta pronto- besándola de
nuevo en los labios- Rosalie ha estado aquí, ella se va a ocupar de Nicole, la
va a hacer pagar por todo esto, por
dejarte así en esta cama, por robarnos el momento del nacimiento de nuestro
hijo, por mantenerme separado de ti. También están tus padres y Bree… están
deseando verte Bella y yo sé que tú a ellos también. Así que vamos cariño, haz
un esfuerzo, vuelve con nosotros, aunque sé que te duele. Dios no quiero ni
imaginar el dolor que debes estar sintiendo dentro de ti- en ese momento miro
hacia su vientre, sigue hinchado pero ya no como antes. Se nota que en su
interior ya no hay ningún bebé. Coloco mi mano sobre su vientre suavemente, no
quiero hacerla daño- volveremos a ser la familia que éramos hace unos días pero
con un miembro más- digo sonriendo. La llegada de mi hijo me ha llenado de
esperanza.
-Señor debe abandonar la
sala- me informa una enfermera- la visita ha acabado.
-Por supuesto.
-Nos veremos pronto
cariño, espero que muy pronto porque te tengo a mi lado pero te echo de menos.
Echo de menos tu voz- la beso de nuevo en sus labios, esta vez me atrevo a
pasar levemente la punta de mi lengua por ellos, mojándolos, hidratándolos.
Cuando estoy de vuelta a
la habitación toda la familia ha vuelto de la cafetería y me preguntan por
Bella. Bree y su madre quisieran haber entrado pero entienden mi necesidad por
verla, por contarla que nuestro hijo ya ha nacido. La doctora que ha operado a
Bella nos informa de que es posible que esta noche le quiten los sedantes y que
despierte.
-Edward hijo- me dice mi
madre cuando la doctora ya se ha ido- Alice y Jasper están abajo con Ethan,
quieren saber si quieres que suban con él o prefieres que no entre en el
hospital.
Prefiero que no entre en
el hospital, que no me vea con este collarín de mierda en el cuello, que no
note la tristeza del ambiente y que no vea a Bella en ese estado, jamás. Pero
soy egoísta y quiero ver a mi hijo, necesito verle. Además de llevar días sin
verle, lo que nos ha pasado me está haciendo apreciar aun más a mi familia.
-Que suba, quiero estar
con él aunque sé que va a ser un shock para él verme así, no ver a su madre…-
la pido.
-Estoy segura de que
Ethan está deseoso de veros, sois sus padres- me dice mi madre.
-¿Dónde estaba mi nieto?-
pregunta Charlie.
-Con Alice y Jasper en
Forks, de vacaciones- le dice mi padre que está sentado a su lado.
-Gracias a dios que no
estaba con vosotros…- dice bajando la mirada al suelo.
Toda la habitación se
queda en silencio tras sus palabras, sé como hubiera acabado la oración si no
la hubiese dejado a medias.
-Sí gracias a dios- dice
mi madre de acuerdo con él y para romper el silencio.
-Sin embargo Ethan no va
a poder ver a Bella- dice Bree- y seguro que va a preguntar por ella, es su
mami-
-Lo sé- digo mientras me
paso una mano por mi pelo desesperadamente- ya veré que le digo durante la
marcha. Me gustaría que me dejarais solo con él, por favor- les pido.
Enfrentarme a las
inquisidoras preguntas de Ethan solo iba a ser difícil, pero con la mirada de
toda la familia sobre mí, pendiente de mis palabras y de las reacciones de mi
hijo, iba a ser aun peor.
-¿Estás seguro?-
preguntaron varias voces a la vez. Yo me limité a asentir con la cabeza.
Mi madre cogió su
teléfono y escribió algo, supongo que escribió un whatsapp a Jasper para que
subieran. En menos de 5 minutos escuché como se abría la puerta y 3 personas
entraron en silencio.
-¡Papá!- exclamó mi hijo
con alegría desde los brazos de mi hermano.
-Hola campeón- le dije
sonriendo.
Le abracé fuerte y le di
muchos besos en su pelo. Olía a bebé y a la casa de Alice y Jasper. Sentí que
junto a él y a su hermano, las cosas poco a poco estaban volviendo a su lugar.
Le di un último beso en su mejilla antes de separarme de él, sin embargo le
soplé para que riera un poco. Y su risa fue como un bálsamo para mí.
-Cuanto te he echado de
menos enano- le digo tumbándole sobre mi pecho a la vez que me recostaba en las
almohadas y veía que toda mi familia había salido.
-¿Te lo has pasado bien en
Forks?- le preguntó.
-Síii, hemos hecho muchas
cosas- me dice con voz infantil.
-¿Ah sí? ¿Cuáles? A ver
dímelas-
-Pues…. Hemos ido a la
playa, hemos ido al bosque, hemos ido a ver los peces y el tío Jas me dejó
tocar uno.
-¿Y no te dio miedo?- le
pregunte exagerando mis gestos.
-No- río cuando le giré
para ponerle frente a mí- porque estaba en un cubo grande- me explicó.
-Anda.
-Y vi osos papi- dijo
imitando el rugido de uno.
Solté una carcajada ante
el sonido que paró en cuanto vi sus ojos parados en mi collarín azul.
-¿Papá… qué es esto?-
preguntó curioso mientras uno de sus pequeños dedos tocaba el plástico del
collarín.
-Es un collarín.
-¿Y por qué?- dijo
torciendo la cabeza en un gesto tierno.
-Porque a papi le duele
mucho el cuello- le explico.
-Ah- se queda callado
unos segundos pero sé que las preguntas no han terminado- cuando a mi me duele
la tripa mamá me da jarabe y me pongo bueno. ¿Quieres?- me ofrece.
Yo me río ante la ternura
de mi niño, sus preguntas y su entonación infantil típica de los 4 años, hacen
que las piernas se me vuelvan de plastilina y me den ganas de abrazarle y no
soltarle.
-No cariño, gracias, pero
aquí en el hospital me dan ya muchos jarabes. El collarín lo llevaré unas
semanas más, no va a ser para siempre campeón- veo como la sombra de
preocupación se va de su cara. Supongo que con 4 años crees que todo lo que ves
es para siempre.
Se queda callado mirando
por la habitación, y dentro de mí sé que me va a preguntar ya por Bella.
-¿Y mami?- dice
frunciendo el ceño.
Trago en seco antes de
contestar.
-Veras Ethan cariño, a
mami hace unos días la paso una cosa… y lleva dormida desde entonces- le
intento explicar.
-¿Y cuándo se va a
despertar?- me dice serio.
-No lo sé- le digo
sinceramente. Los médicos me han dicho que podría despertar mañana pero en el
caso de que no sea así, no quiero ilusionar a mi hijo.

-Mami no se va a
despertar nunca- me dice entre sollozos.
-Sí cariño, sí- le digo
limpiándole los mocos con un pañuelo- solo que no sabemos cuándo.
Ethan seguía llorando, no
había forma de consolarle.
-Puede que mañana ya esté
despierta. Mami va a tener muchas ganas de verte, como yo cielo- le digo
besándole la mejilla que sigue mojada.
-¿Y por qué no está
dormida contigo?- no entiendo al principio hacia dónde va su pregunta. Después
comprendo que Ethan está acostumbrado a que Bella y yo durmamos en la misma
habitación y en la misma cama, así que le extraña que su mamá no esté dormida
con su papá.
-Porque mamá quería una
cama para ella sola- me invento.
-Quiero ver a mami- me
pide mirándome. Hay lágrimas aun por sus mejillas y sus ojos siguen rojos, al
igual que su nariz.
-No podemos- le digo-
mamá está en una cama especial, y no podemos verla. Todavía no, mañana quizás
sí.
-¡No! ¡Yo quiero verla
ahora!- me exige frunciendo el ceño.
-Ojalá pudiera hijo, pero
no podemos verla aun. Tenemos que esperar a que esté despierta- le explico.
Su ceño fruncido no se
relaja así que tengo que convencerle un poco más.
-¿Por qué no le haces a
mamá un dibujo para que se ponga contenta cuando despierte? Puedes dibujar lo
que has hecho en Forks- le propongo. Espero que esta táctica funcione y le
permita olvidarse de que no va a poder ver a Bella hoy.
-Vale- me dice con una
pequeña sonrisa- ¡espera papi! No tengo pinturas-
-Afuera está la abuela,
seguro que ella te da unas pinturas- le respondo sonriente.
Con una gran sonrisa le
ayudo a bajar de la cama de hospital y desaparece corriendo por la puerta. Sé
que mi familia está justo al otro lado de la puerta.
-Oh Edward, menos mal que
estás bien- me dice Jasper dándome unos golpecitos en el hombro.
-Edward que susto nos has
dado. Cuando mamá llamó para informarnos del accidente…. Aun no puedo creer que
Bella esté tan mal. Y que mi sobrino ha nacido ya, siendo prematuro. He visto
una foto del bebé y es precioso, ¿cómo se va a llamar?- me dice Alice.
-Aun no tiene nombre. Lo
decidiré con Bella cuando despierte- la digo a Alice. Ella asiente con la
cabeza.
-Se parece a ella- me
dice Alice.
-Es cierto. Ethan se
parece más a mí de pequeño, pero este bebé se parece más a Bella. Tiene sus
labios, su nariz redondita y su tono de pelo. Ethan era rubio cuando nació,
bueno y sigue siéndolo- les explico.
-Es cierto, era tan
chiquitín de bebé. A penas tenía pelo y al ser tan rubio parecía pelusilla ni
se le veía- me dijo Jasper.
Me pierdo en los
recuerdos de Ethan cuando era un bebé y no puedo volver a comparar ese momento
de felicidad con este. Aunque estoy feliz con el nacimiento de mi hijo, mi
felicidad no está completa hasta que mi mujer esté a mi lado.
-Todo pasará hermano- me
dice Jasper apretándome la mano. Alice me da un beso en la mejilla en señal de
apoyo, ambos saben en lo que he estado pensando.
Ethan pasa toda la tarde
conmigo dibujando varios dibujos, riendo con sus abuelos maternos y con su tía
Bree a los que hace muchos meses que no
ve. Pregunto a Bree sobre su hijo, mi sobrino, nació el mes pasado pero por el
estado de embarazo de Bella decidimos esperar un poco y no coger un avión para
ir a verla. Sé que a Bella no la gustó perderse este momento de la vida de su
hermana pero no había otra alternativa. Se supone que Bree vendría con Diego
cuando Bella diese a luz y se quedarían en nuestra casa una semana. Sin embargo
esos planes también han sido cancelados y han tenido que ser cambiados por otros
mucho menos placenteros y menos felices.
A las 10 de la noche
Ethan está cenando encima de mi cama un perrito caliente que Bree le ha
comprado en la cafetería. Sé que va a caer rendido en minutos, pero no puedo
dejar que se vaya. Con él a mi lado la situación es mucho menos tortuosa.
Cuando mi madre dice a
Ethan que es hora de irse a casa pero ve que yo no voy con él comienza a gritar
y a llorar de nuevo. Le entiendo perfectamente, está asustado, lleva sin ver a
sus padres casi una semana y cuando ve a su padre este lleva un collarín, está
en un hospital y su madre no sabe dónde está. Así que entiendo completamente su
necesidad de estar conmigo, yo la siento igual que él, así que le pido a mi
madre que lo dejé dormir conmigo esta noche.
Alice sabiendo que esta
situación pudiera suceder baja al aparcamiento y vuelve con una bolsa en la que
trae un pijama, unas zapatillas de estar por casa y una pequeña bata, todo para
Ethan. Cuando mi pequeño hombrecito está cambiado se sube conmigo a la cama
donde se acurruca a mi costado. Le tapo con una sábana y una pequeña manta para
que no se quede frío. Yo me tumbo a su lado respirando su olor y escuchando su
respiración me quedo dormido.
Toda la familia se ha ido
a descansar a casa de mis padres, salvo Alice y Jasper. He ofrecido las llaves
de mi casa a Bree y a los padres de Bella, pero han declinado la oferta porque
mi madre ya les había preparado habitaciones en su casa.
Por la mañana me levanto
antes que Ethan pero cuando lo hago Charlie, René y Bree ya están aquí de
nuevo. Por sus ojeras sé que no han dormido mucho.
Mientras la enfermera me
revisa, decido si presentar a Ethan a su hermano o no. No quiero traumatizar a
mi pequeño, y sé que si ve a su hermano, el cual estaba dentro de su adre, y a
su mamá no, no le va a gustar. Pero por otro lado no quiero que se pierda nada
el uno de la vida del otro. Decido que por hoy esperaré, quizás Bella despierte
y entre los dos podamos hacer una presentación en condiciones.
-Señor Cullen me complace
informarle de que puede irse a casa- me dice el doctor.
-¿De verdad?- digo
sorprendido. Esperaba tener que pasar más tiempo en esta cama.
-Así es.
-Sin embargo sabe que no
puedo irme. Mi mujer está aquí, en la U.C.I y mi hijo está en la sala de
prematuros.
- Lo sé, pero al menos
tendrá la libertad de poder salir del hospital- me dice sonriente.
-Sí, gracias- nos damos
un apretón de manos y este se despide diciendo que más tarde me traerán el alta
hospitalaria.
-¿Qué os causa tanta
felicidad?- les digo con voz desconfiada.
-Acabamos de cruzarnos
con el médico de Bella, ha pasado buena noche, su estado ha mejorado y la bajan a planta- me dice mi
padre sonriente.
-Oh gracias a dios- digo
tapándome la cara con ambas manos pero sonriendo.
.
Tras firmar el alta bajo
a la cafetería a desayunar con Ethan y con Bree. Al terminar Ethan se queda con
Bree y yo subo a la planta de maternidad. Agradezco poder moverme sin necesidad
de la silla de ruedas. Me colocó nuevamente frente al cristal del nido donde
veo a todos los bebés en sus cunas. La distancia de las cunas respecto a la
ventana en bastante y eso me impide distinguir cuál de ellos es mi hijo.
La enfermera que
supervisa a los recién nacidos me hace señas para que me acerque a la puerta y
una vez allí me pregunta cuál de todos es el mío y si quiero cogerle. Al
decirle las características de mi hijo se dirige al ordenador y coteja los
datos que la he dado.
-Su niño está en esta
cuna. Póngase el traje de esterilización y acompáñeme si quiere.
La sigo entre las cunas
donde veo a niños y a niñas recién nacidos. Hay bastante diferencia de tamaños
entre unos y otros, algunos son bebés grandes y otros muy pequeños, unos tienen
pelo y otros no, unos abren los ojos y observan todo mientras que otros están
con los ojos cerrados bostezando.
La enfermera me lleva
hacia la pared de al lado del ventanal donde hay unas incubadoras especiales.
Estas al contrario de las otras están conectadas a máquinas.
-Este es señor. El bebé Cullen.
Ha pasado una buena noche y a cada hora que pasa se vuelve más fuerte. Si sus
pulmones siguen madurando a este ritmo en una semana podrá dejar de estar
intubado- la enfermera se aparta de la incubadora dejándome una visión plena de
mi bebé.
Está semidesnudo. Tan
solo lleva un pañal, patucos y un gorrito azul.
-Hola cariño- digo
poniendo una mano contra el plástico de la incubadora a la altura de su cabeza-
vaya ¿has crecido desde ayer campeón? ¿Sabes quién está también en el hospital?
Tu hermanito Ethan. Ya verás cuando te conozca- le digo con una sonrisa- tengo
muchas ganas de cogerte en brazos cielo, no sabes cuantas. Seguro que tú
también estas deseando de que mamá y papá te cojan-
Mi hijo tiene apenas unas
horas de vida y los únicos brazos que ha conocido han sido los de los médicos.
Eso me entristece porque me recuerda que nos han arrebatado un momento tan
especial para todos los padres como es el nacimiento de un hijo. Las cosas no
deberían estar sucediendo así. Los bebés deberían pasar del protector vientre
de su madre a los brazos de sus padres.
Podría decir que me pican
las manos por poder tocarle. Cuando Ethan nació recuerdo que pasó casi todo el
tiempo que estuvimos en el hospital en brazos. Si no era en los brazos de Bella
en los míos, en los de sus abuelos, sus tíos, nuestros amigos… tan solo usaba
la cuna por las noches.
Paso la siguiente media
hora observando a mi hijo. Veo que tiene la pequeña nariz redondita de Bella y
su tono de pelo. Le cuento los dedos, las respiraciones… No me canso de
mirarle.
Estoy ensimismado
mirándole cuando algo que se mueve me llama la atención. Es mi madre desde el
cristal que da al pasillo haciéndome señas para que salga. Preocupado salgo
rápidamente a su encuentro.
-¿Qué ocurre?- la
preguntó ansioso- ¿está bien Bella?
-Sí. Los médicos nos
acaban de informar de que la han quitado los sedantes y que despertará en las
próximas horas. Supongo que querrás estar con ella cuando abra los ojos- yo
asiento con la cabeza- Pero Edward cielo, quiero que vayas a la habitación de
Bella siendo realista. Ha sufrido un golpe fuertísimo, no sabemos cómo va a
despertar. Tenlo en cuenta- me dice acariciándome la mejilla con su mano
izquierda.

Voy a mi habitación donde
está mi padre con Ethan jugando con plastilina.
-¡Papi!
-Hola cariño- le digo
subiéndole a mi cadera y dándole un beso en la mejilla.
-¿Dónde estabas?- me
pregunta curioso.
-Viendo a alguien- le
digo enigmático.
-¿A mami?- me pregunta
intrigado y cargado de esperanzas.
-No, a mami voy a ir a
verla ahora…
-Todavía no cariño.
Todavía no puedes ver a mami. Pero si los médicos me dejan en un ratito vengo a
por ti para ir a verla ¿vale?- le digo ofreciéndole mi mano para sellar el
trato.
Él se limita a asentir
con la cabeza y a darme el apretón de manos.
-El médico nos ha dicho
que puede tardar unas horas, 3 como mucho- me dice mi padre.
-Estaré en su habitación
hasta que despierte. Podríais… ¿ir con Ethan a casa? Que coja algún juguete y
algo más de ropa. Preveo un día más en el hospital con nosotros.
-Claro, ahora mismo me
llevo a este bicho a que se cambie de ropa- dice mi padre cogiendo a Ethan de
mis brazos y haciéndole volar a modo avión. Ethan ríe con energía.
-¿Tu madre?- me pregunta
cuando está a punto de salir por la puerta.
-Aun no he podido verle
en persona. En cuanto vuelva resérvame una hora para ir a conocer a mi
nuevo nieto- me dice sonriente.
-Claro- respondo.
-Abuelo, yo soy tu nieto-
dice Ethan curioso.
-Luego te lo explico
cariño- le digo a Ethan antes de darle un beso en la mejilla y ver como se iba
en brazos de mi padre.

En la habitación están
Charlie, Renée y Bree. Todos sentados alrededor de la cama.
-Hola- digo en voz baja-
¿lleváis mucho aquí?
-Casi una hora- me
contesta Renée en susurros- no queremos que despierte sola. Debe de sentir
mucho dolor en su cuerpo a lo que hay que añadir la desorientación, cuando se
entere del accidente o cuando noté que ya no tiene ningún niño en su interior.
Sí, sin duda este va a
ser su peor despertar.
Me acerco a la cabecera
de la cama y la doy un beso en la frente. Veo que los cardenales y heridas
están en su peor momento. Han pasado 3 días desde el accidente y ahora los
cardenales han tomado un tono amarronado y negruzco a la vez que las heridas
están comenzando a sanar creándose costras oscuras.
Las siguientes dos horas
las pasamos sentados al lado de Bella pero sin hablar, tan solo esperando a que
despierte pronto y a ser posible que lo haga en buenas condiciones. Nos
turnábamos para ir al baño o ir a por café cada hora más o menos.
-Voy al baño un momento-
digo levantándome de la silla.
-Ve tranquilo Edward- me
dice Charlie.
Salgo de la habitación y
me dirijo a los baños. Al salir justo al lado hay una máquina expendedora así
que decido comprar una lata de refresco para mí y otras tres latas de otros
refrescos para la familia de Bella.
Cuando voy de camino a la
habitación de Bella veo a una enfermera y a un doctor salir seguidos de los
padres y la hermana de Bella. Un escalofrío me recorre el cuerpo y apresuro mi
paso hasta llegar a donde están ellos.
-¿Qué ha ocurrido?
-Es Bella se está
despertando y el médico nos está dando unas indicaciones para cuando abra los
ojos.
El médico nos indicó no
hablarla muy alto ni muy rápido. No abrumarla dándola o pidiéndola información.
Responder a lo que ella nos pida y sobretodo no permitir que se levante de la
cama ni haga movimientos bruscos. La cicatriz de su cesárea está aún muy
reciente y es fácil que se la salten los puntos.
Cuando volvemos a entrar
a la habitación Bella se empieza a mover o al menos a intentarlo. Oigo como
lanza un breve gemido de dolor aun con los ojos cerrados.
Pasan unos 5 minutos más
antes de que comience a pestañear y lo primero que hace es enfocar la mirada en
mí. Nuevamente siento su mirada sobre mí después de tres días y siento como una
especie de calor me recorre el cuerpo. Inevitablemente una gran sonrisa se
forma en mi cara y me acerco a ella.
-Mi amor- la digo
mientras la beso suavemente en los labios que aun siguen cerrados.
Ella abre los labios e
intenta hablar pero no puede, no la sale ni un poco de voz. Así que finalmente
tan solo marca con sus labios una palabra y adivino que es ‘’Edward’’.
-Estoy aquí Bella
tranquila. Estoy contigo cielo- la digo apretándola la mano.
-Bella cielo- la llama su
madre.
Bella mira a su alrededor
comprendiendo por fin que está en el hospital y que toda su familia está con
ella. A la vez que comprende todo esto también veo en sus ojos como todos los
recuerdos llegan a ella, y el recuerdo del accidente es y siempre va a ser el
peor recuerdo de su vida.
Comienza a alterarse, los
pitidos del holter comienzan a ser cada vez más rápidos y veo como intenta
moverse para levantarse de la cama. El doctor con el que hemos hablando antes
está a los pies de la cama y una vez que ha visto que todos la hemos saludado
interviene calmándola inmediatamente.
-Isabella tranquila. Está
bien, está bien. Su marido está aquí y usted está a salvo. Necesito que salgáis
para poder hacerla un breve examen de reconocimiento- nos pide el médico.
Yo reticente suelto la
mano de Bella y la doy un beso en la frente.
-Volveré en unos minutos-
la susurró.
Salimos de la habitación
y ninguno habla hasta que el médico vuelve a salir.
-Os pido que paséis de
uno en uno a la habitación por favor. Ha bebido un poco de agua y ya puede
hablar algo más aunque tardará unos días en hablar con normalidad, tened en
cuenta que ha estado intubada.
-Pasa tú Edward- dice
Renée- seguro que desea verte a ti el primero.
Vuelvo a entrar en la
habitación y Bella vuelve la cabeza hacia mí. Hace un amago de sonrisa pero no
llega a ser una sonrisa en sí. Seguro que el dolor que debe sufrir en toda la
cara le hace imposible sonreír.
-Edward- pronuncia de
manera leve y en un susurro.
No puedo evitar que se me
agüen los ojos y me acerque a darla un beso, un beso de verdad como hace días
que no nos los damos.
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